Un hecho bastante positivo

En medio de la masacre selectiva que se viene presentando en Colombia y la mortandad indiscriminada que deja a diario la pandemia originada por el virus Covid – 19, la iglesia Católica por intermedio del arzobispo de Ibagué Orlando Roa Barbosa lanza un salvavidas en nuestro departamento, convocando a todos los sectores políticos, económicos, sociales y gremiales, sin distingo diferente a querer ser actor directo en la búsqueda y concreción de soluciones a la difícil problemática que afronta nuestro departamento y cada uno de nuestros municipios.
Muy oportuna la idea de la iglesia Católica, porque si en algo se ha equivocado nuestra clase dirigente es en insistir en un actuar aislado y discriminado, marcado de egoísmo y prepotencia, ignorando que desde el mas modesto y humilde ciudadano, hasta el más encumbrado intelectual, empresario o líder político, no debe ser y actuar como “casa sola” al momento de analizar y adoptar decisiones que inciden y afectan nuestra vida social, económica y política.
Las reuniones realizadas hasta el momento han contado con una asistencia amplia y plural, lo que es un positivo indicador de que nunca es tarde para corregir el rumbo e integrarnos en un solo cuerpo social que tenga como único objetivo la concresión y ejecución de soluciones viables y realizables para los delicados problemas que padecemos.
Ojalá los sectores políticos, académicos e institucionales aprovechen esta imperdible oportunidad y con humildad franciscana, pero sobre todo con apertura mental y disponibilidad suficiente de tiempo, se sienten a escuchar los actores visibles e invisibles del departamento, sin la afugia de tener que desplazarse a otras reuniones, o enviar dependientes que imposibilitan la concreción de soluciones e implementación de las mismas.
Solón, pensador griego del siglo séptimo antes de la era cristiana, solía decir: Quien no opina sobre los problemas de la ciudad, no merece ser llamado ciudadano. Pueda ser que esta oportunidad liderada por monseñor Orlando Roa Barbosa y la iglesia Católica, nos permita a los habitantes de Ibagué y de los municipios del Tolima, participar de esta amplia convocatoria de ejercicio democrático y que busca esencialmente abrir espacios de participación y aporte político – social para ejercer la ciudadanía como lo pregonaba uno de los siete sabios de la antigua Grecia.
Pero más que la apertura de espacios tan importantes como estos y la proposición de soluciones, debe existir una decidida voluntad de nuestros gobernantes de plasmar en políticas públicas e inversiones las propuestas realizadas por la Sociedad Civil, otro defecto que nos ha impedido históricamente enrutarnos por el mismo sendero.