Tras de ladrón, bufón

Decenas de personas nos han hecho llegar vía correo electrónico las declaraciones que por la emisora Bésame de Ibagué, perteneciente a la cadena nacional Caracol, entrega mediante conexión audiovisual el personero de Coyaima Jayson Darío Maldonado Roa, al señor Luis Eduardo Esquivel Arias, haciendo alusión a las denuncias penales, policivas y disciplinarias que junto a su esposa Claudia Fernanda Esquivel, les han sido presentadas por la pareja de ancianos indígenas Jorge Iván Guzmán y María Emilia Mejía, y sus tíos Rosa Aura Maldonado Cárdenas y José Luis Maldonado Cárdenas.
Aunque las denuncias en contra de la cuestionada pareja de abogados hablan por sí solas, y disfrutan del alijo gracias a la paquidermia e inoperancia de la Justicia Penal y Disciplinaria, sí quiero referirme a los hechos por dos circunstancias especiales: la primera, por la solidaridad que han recibido los esposos Guzmán – Mejía de los habitantes de Coyaima y Saldaña. El primer, municipio donde residen hace varios años, y el segundo, localidad en la cual Jorge Iván prestó sus servicios laborales como barrendero durante más de 20 años continuos contratado por el Municipio.
La segunda razón, porque resulta demasiado casual e interesante para la investigación penal que adelanta la Fiscalía Seccional de El Espinal, no solo que al momento de presentar la denuncia penal las víctimas ignoraban quién era la abogada que recibió el poder, y que como lo informamos en el número anterior, resultó ser la esposa del cuestionado personero. Lo cual no solo lo hace inmerso en un posible tráfico de influencias en favor de su cónyuge (artículo 411 del código penal, reformado por la ley 1474 de 2011), sino además la pareja se expone a que se les impute el posible delito adicional de concierto para delinquir (artículo 340 del código penal), pues no solo aparecen señalados de la anterior conducta, sino además de la defraudación hecha al padre consanguíneo del personero, Darío Maldonado Cárdenas.
Además, resulta curioso escuchar las diatribas que al aire lanza el personero al ser interrogado por el señor Luis Eduardo Esquivel Arias – coincidentemente del apellido materno de la otra denunciada – quien en nada se sintió cómodo, como se aprecia en el audiovisual, al escuchar que su entrevistado tenía como único argumento la descalificación que hacía de las denuncias, atribuyéndole delitos que ya deberá soportar y demostrar ante las autoridades competentes.
Lo anterior, porque el señor Luis Eduardo Esquivel Arias sí está condenado por la Justicia Penal por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y celebración de contratos sin el lleno de los requisitos legales, sentencia proferida por la Sala Penal del Tribunal Superior de Ibagué, y que paga desde el mes de abril de 2017, cuando la Sala Penal de la Corte no casó la sentencia y le dejó en firme la pena de 56 meses de prisión, gozando del beneficio de prisión domiciliaria.