Tiempo de sensatez y reflexión

Son muchas las razones y los hechos que han motivado la masiva movilización de compatriotas en el territorio nacional. Algunas de ellas enquistadas durante bastantes años en la estructura política, económica y social del país y que tras numerosos intentos por cambiarlos mediante los instrumentos jurídicos o políticos que ofrecen la constitución y la ley, es decir la institucionalidad, han sido imposible de destruir o siquiera modificar.
La concentración de la propiedad de la tierra rural y urbana en pocas manos; los excesivos beneficios otorgados por el Estado al poder financiero que exprime a los usuarios; la apropiación de los servicios públicos domiciliarios por parte del sector privado, es decir su privatización; las deficiencias en la prestación de los servicios de salud y educación; la politización de la Rama Judicial y la corrupción que la ha penetrado desde los juzgados municipales hasta las denominadas “Altas Cortes”; la discriminación social y racial que se refleja en la falta y carencia de oportunidades para estos sectores marginales; la violencia política y el asesinato selectivo de líderes sociales; la penetración de las mafias en la política nacional, departamental y municipal, son componentes que poco a poco han construido esa denominada “Bomba Social” que amenaza la gobernabilidad y la estabilidad política y económica del país.
Y si a toda esta diversidad de elementos que integran la realidad colombiana, le agregamos las fatales consecuencias macro y micro económicas que nos deja día a día la prolongada pandemia derivada del virus Covid – 19 y sus mortales mutaciones, el panorama no solo es preocupante sino que amenaza con conducirnos a una confrontación radical que pone en peligro la estabilidad política y la convivencia y tranquilidad social nacional.
De ahí la necesidad de que sectores diversos e importantes de la Nación, que por razones justificables o justificadas se han marginado de la participación electoral y Política – con mayúscula – se integren de manera activa y directa a la discusión nacional y electoral que se avecina y que involucra temas esenciales de nuestra vida diaria individual, familiar y en sociedad.
De ahí la necesidad de que sectores diversos e importantes de la Nación, que por razones justificables o justificadas se han marginado de la participación electoral y Política – con mayúscula se integren de manera activa y directa a la discusión nacional y electoral que se avecina.
Nuestra invitación desde esta tribuna, es de que hagamos de nuestra opinión, participación política activa y el control social, instrumentos eficaces para reconstruir los instrumentos políticos y democráticos que inspiraron la Constitución de 1991, destruidos mediante sentencias judiciales, reformas políticas, actos legislativos y leyes. Pero lo más importante, recuperar el Estado para el beneficio de la sociedad en general y no de la minoría que lo ha cooptado.
Vienen días y meses difíciles, de ahí la necesidad de participar. Es lo que debemos hacer si queremos merecer ser llamado CIUDADANO.