Repertorio

En esta época de distanciamiento social y confinamiento pandémico ya no hablamos de la utilización adecuada del tiempo libre, sino cómo pasamos el día libre. La lectura, la música, caminatas, jardinería, huerta casera; también las llamadas por WhatsApp, Zoom, Twitter y los crucigramas, caza palabras, sopa de letras, juegos como Candy Crush, Sudoku, WWO y demás, es la normalidad.
En una caminata recordé una conversación en ambiente social de una universidad donde la economía de palabras era espeluznante. En esa plática, cada vez que se referían a un amigo o a un personaje, eran contundentes en demostrar su pereza gramatical: ese m……… un hp…… o un pobre g…….. Eso sí, mujeres y hombres las pronunciaban en igualdad de condiciones.
Rememorando las tertulias donde el discernimiento generaba goce, esa experiencia motivó esta columna y empecé a recordar las clases de Lenguaje y Gramática con el profesor Aguiar – cariñosamente “titulito” – donde nos recalcaba la riqueza de nuestro diccionario y la búsqueda especialmente del SUSTANTIVO DESCRIPTIVO, donde se permitía definir a una persona por su comportamiento. De ahí, también surgió la mnemotécnica que admite hacer una asociación de recuerdos o definir la percepción que se tenía de un interlocutor.
Recordaba también que en los hogares se sermoneaba a quien dijera groserías y se oían expresiones “raras” para sustituir la palabra soez por parte de los progenitores. Igualmente, los profesores en la evaluación de alumnos ante el rector en orden de lista con una palabra lo reputaban. Hoy en día, hacerlo de esa manera sería una violación al libre desarrollo de la personalidad. En política, los oradores no dejaban de examinar a su adversario con alguno de estos adjetivos. El intento es recordar esas palabras.
Alcornoque: necio, ignorante, tarugo. Se le decía “cabeza de alcornoque” al político que hacia promesas imposibles de cumplir.
Badulaque: necio, inconsistente. También es el “bueno para nada”; calentaba la curul solo para cobrar el sueldo.
Camaleón: cambiante de ideas. El “camaleón político” pasaba de un extremo a otro frecuentemente sin sonrojarse.
Caradura: desvergonzado, descarado, irrespetuoso. No solo cometía una irregularidad, sino seguía campante como si nada.
Chichipato (a): tacaño, baratero, insignificante. Político duro para financiar la campaña.
Chisgarabís: entrometido, mequetrefe. Dícese del político de baja monta.
Cagalindes: cobarde, cambiante de parecer. En un debate se acojonaba y hacia genuflexiones.
Cusumbo: lento, solitario o “cusumbo solo”. Político que poco le importaban las opiniones.
Fantoche: ostentoso, presumido y con churrias. Palabra muy usada para políticos que se crecieron por tener riqueza, por lo general por sus actos corruptos.
Garoso: egoísta, miserable, tacaño. Aquel que quiere todo para sí y cuando hay ayudas humanitarias u obsequios, es el primero en hacer fila.
Lagarto: Alaba con doble intención y asiste a agasajos sin ser invitado. Pululan en los pasillos de las corporaciones públicas. Un “vivo”.
Mamerto (a): de pocas luces ideológicas, acomodado. Mas consistente ideológicamente, una gelatina.
Mercachifles: de poca monta, dicharachero. Palabrero, político que engatusa con ilusiones.
Morrongo (a): falso, avivato. Se hace el pendejo para lograr su objetivo.
Muérgano (a): inútil, perezoso, tolete. La palabra favorita para describir a los políticos calavera.
Narcisista: ególatra, vanidoso. Hace política solo por demostrar su “divinidad” o “sapiencia”.
Pelele: débil de carácter, manipulable. Político que se deja influenciar por la mermelada.
Superfluo (a): ligero, inútil, baladí, vacío. Politiquero barato.
Sacamica: adulador, regalado. Político o funcionario público que se “respete” tiene su cargamaleta o periodista que lo adula, así no haga nada.
Verriondo: cojonudo, osado o excitado sexualmente, especialmente en campañas políticas, no respetaba prenda.
Zopenco: tarúpido, ignorante, perezoso. Muy utilizado para definir a los recomendados políticos en la burocracia.
Zurumbático (a): lelo, aturdido, pasmado. No entiende lo que habla, así hable todos los días por los medios de comunicación.
Ahora, para no dejar incompleto el ejercicio y pueda recordar estas palabras que ingresarán nuevamente a su vocabulario, debe hacer una asociación con el personaje. Se admiten máximo tres palabras por protagonista para evitarle una depresión. Su descripción puede enviársela por e-mail, twitter, Instagram o decírselo personalmente:
– Donald Trump: ______________________________________
– Vladimir Putin: _______________________________________
– Nicolás Maduro: ______________________________________
– Rey Emérito Juan Carlos: ___________________________________
Tres en uno y salimos de una:
-Martha Lucia Ramírez-Paloma Valencia-María Fernanda Cabal: _______________________________________________________
-Roy Barreras- Armando Benedetti- Antonio Navarro:_________________
-Gustavo Petro:________________________________________________
– Humberto de la Calle:__________________________________________
-Iván Duque: __________________________________________________
-Claudia López: ________________________________________________
-Álvaro Uribe: _________________________________________________
-Alejandro Gaviria: _____________________________________________
-El gobernador de su departamento:_______________________________
-El Alcalde de su ciudad:_________________________________________
-Recuerda quién era el SACAMICA inefable de su ciudad?______________________________________________________