¿Por qué sube y baja el dólar?

Foto tomada de internet
En los últimos meses, la variación de la divisa estadounidense conquistó la atención de todos los medios nacionales. Preocupados por sus efectos económicos y tratando de hilar el fenómeno con la elección presidencial, monitorearon con constancia y sistematicidad el comportamiento del dólar.
En gracia de discusión, Cofradía ofrece un análisis objetivo sobre las diferentes variables que inciden en el alza y posterior caída de la moneda con mayores reservas del planeta. Es importante recordar que la divisa rompió la barrera de los $4.600 pesos y luego, volvió a ubicarse por debajo de los $4.200.
Actualmente existen tres causas internacionales para explicar el tema: El incremento en las tasas del Sistema de Reserva Federal (FED) estadounidense, la amenaza de recesión en las Estados Unidos de América y la guerra en Ucrania.
El primer punto refiere a las tasas de interés que los bancos estadounidenses se cobran entre sí cuando se prestan dinero. En junio llegó a 0,75% y representó la más alta desde 1994. Si suben las tasas FED se hace menos atractivo para los bancos pedirse créditos entre sí, por lo que terminan subiendo el costo de los préstamos a sus clientes, factor que incrementa el valor del dinero. Esto último disminuye el consumo y permite frenar la inflación que produjo el proceso de reactivación económica, en donde la demanda corría más rápido que la oferta de productos, bienes y servicios.
Paradójicamente, la variación anual de la inflación en Estados Unidos pasó de 9,1% en junio a 8,5% en julio, factor que incide sobre las expectativas de aumentos fuertes en las tasas de FED, haciendo que los canales de cambio corrijan su presión e incidiendo en la baja de la divisa. Sin embargo, debido a la alta volatilidad, los expertos recomiendan no bajar la guardia.
Precisamente, la seguidilla de recientes acontecimientos históricos se convirtieron en factores de volatilidad. El ciclo de acumulación venidero demanda una reestructuración territorial de los mercados, elemento que parece ya no poder ser tramitado por la vía diplomática, agudizando, cada vez más, el sonido de la guerra entre países. Elemento que despierta pánico en la economía bursátil.
En este contexto, la incertidumbre global tiene efectos significativos sobre el valor del dólar. Por un lado, la amenaza de recesión en Estados Unidos hizo que todas las bolsas del mundo cayeran y, por otro lado, la guerra en Ucrania ha tenido efectos significativos en la comercialización de insumos, reduciendo la velocidad de muchos aparatos productivos.
Cuando suceden este tipo de situaciones es normal que los inversionistas busquen refugio en la moneda con mayores reservas, es decir, que guarden su dinero en dólares y bonos del tesoro estadounidense. Esto genera fuga de capitales en muchos países, devaluando sus monedas y nutriendo, cada vez más, el dólar.
En el caso específico de Colombia, además de sentir los coletazos del panorama internacional, existen 3 elementos claves para entender el fenómeno.
En primer lugar, en el año 2021 las calificadoras de riesgo bajaron la nota del país. La calificación fue de BB+ y significó que Colombia tiene menos probabilidad de cumplir con sus obligaciones crediticias, lo cual hace que no le presten recursos o que se lo presten con intereses más altos.
Por otro lado, la dependencia de los insumos importados es otro factor determinante en la actual relación peso-dólar. El 98% de nuestros insumos son extranjeros y el 85% del mercado Colombiano es manejado por 4 empresas. Sin embargo, una de estas, entregada por el Expresidente Iván Duque a Juan Guaidó en 2019, fue intervenida por problemas de flujo de caja, incrementando el precio de la producción de alimentos. No obstante, recientemente la superintendencia de sociedades levantó la medida de control contra dicha empresa, dando un respiro a la producción nacional en la medida que no deberá buscar en el mercado internacional los insumos que esta proporcionaba.
En este panorama, dada la difícil situación del mundo y la dependencia anteriormente mencionada, se debe trabajar más para conseguir los dólares que pagarán los productos provenientes del exterior, moneda que se conseguirá más cara, en la medida que casi todos los inversionistas del planeta quieren refugiar sus capitales en esta divisa.
Por último, otra variable nacional con efectos positivos en el valor de dólar, obedece a la propuesta de reforma tributaria radicada. Esto se debe a que resultó ser más moderada (en términos del monto a recaudar) de lo que esperaba el mercado.
En aras de nutrir la presente nota, Cofradía solicitó un concepto sobre el tema, al economista Edwin Martínez, quién expuso los siguientes elementos:
“La guerra ruso-ucraniana ya ha afectado seriamente el mercado de insumos, en especial agrícolas, y esto ha creado condiciones para una espiral de aumento costos-precios. En especial porque si aumenta el precio de los alimentos, eso resulta jalonando hacia arriba el precio de todos los demás bienes.
En el caso de Colombia, con el cierre de la empresa venezolana que operaba en nuestro país, Monómeros, y que cubría un poco más del 40% del mercado de insumos agrícolas en Colombia, encareció la producción de alimentos porque se empezó a depender de insumos importados que en el actual contexto de la guerra hace que sean mucho más costosos.
En ese orden de ideas, hay que hacer un mayor esfuerzo de conseguir dólares para comprar los productos importados que resultan más baratos que los nacionales. Mejor dicho, cuando las cosas están caras acá, se da un efecto sustitución de productos nacionales por importados.
Por último, el otro factor está relacionado con la política monetaria de los Estados Unidos. Para enfrentar la inflación interna, la Reserva Federal de Estados Unidos ha aumentado en los últimos meses la tasa de interés. Esa decisión crea un estímulo para la salida de capitales de Colombia, pues los activos denominados en dólares se hacen más atractivos para los inversores. Esa salida de capitales ha generado una sostenida devaluación porque el dólar se hace escaso”.