La Eterna Ciudad Musical de Colombia

El Conde Alexis de Gabriac reseñó en 1866 su encanto por la música Ibaguereña, maravillado por sus instrumentos típicos y la interpretación rítmica que cimentaba el Ethos de su comunidad, atribuyó a San Bonifacio de Ibagué el título de “Ciudad Musical” y constituyó uno de los hitos históricos más trascendentales de la capital tolimense.
156 años después, la rueda de la historia reconfiguró las formas de vivir, interpretar o consumir el arte musical, modificó sustancialmente los parámetros de la industria cultural, diversificó la oferta de géneros y creó mercados en un mundo virtual que interconecta a toda la humanidad. Sin embargo, aún en esas circunstancias, la “Capital Musical” conserva sus tradiciones rítmicas y apuesta por las industrias creativas como motor de desarrollo.
La importancia de la música para Ibagué es incuestionable y en ninguna circunstancia sobre dimensionada. Por ejemplo, la oferta académica en el área carece de símil con cualquier otra latitud del territorio nacional y erige una propuesta envidiable que debería atiborrar de orgullo cualquier corazón ibaguereño.
En la primera infancia o el periodo de iniciación musical, el Conservatorio de Ibagué y la Institución Educativa Técnica Musical Amina Melendro de Pulecio, ofertan primaria y bachiller con énfasis en interpretación musical. En la Escuela de formación Artística y Cultural (EFAC) de la alcaldía de Ibagué se ofrecen técnicos laborales para el estudio de la interpretación en músicas regionales. En el nivel profesional, el Conservatorio del Tolima, oferta 4 programas de pregrado (licenciatura en música, maestro en música, tecnología en audio y producción musical, tecnología en construcción y reparación de instrumentos de cuerda frotada); y, en el nivel de postgrados, la misma institución tiene una especialización en educación musical, disponible para todos los ciudadanos de la capital tolimense.
A lo anterior también debe agregarse el Sistema Municipal de Formación Artística y Cultural – SIMIFARTE – el cual ofrece procesos de formación descentralizados en comunas y corregimientos de la ciudad, en donde se imparten clases de música, artes plásticas, audiovisuales y artes escénicas.
En este contexto de formación y apuesta por la música, Cofradía consultó con La Canoa Banda, joven agrupación ibaguereña, algunos elementos que permitan ilustrar sobre los impases y las virtudes de hacer música en el municipio, especialmente si la propuesta reivindica tradiciones.
La palabra “canoa” es un americanismo, es la primera palabra indígena en el idioma español. Así mismo se constituye el ADN de “La Canoa”, sonamos a río, cantamos a la montaña y a nuestra tradición. La música que hacemos es la del interior, la de la Región Andina que ha sido permeada por la academia. Nuestra razón de ser es que los bambucos, la rajaleña, las cañas, las guabinas, los pasillos, los valses y las danzas sean del común, que se bailen y se disfruten no solo en épocas festivas o en espacios exclusivos, sino en cualquier lugar donde el pueblo pueda cantar y celebrar nuestra propuesta”. Así se presenta esta agrupación, conformada principalmente por licenciados en música, técnicos en música del Amina Melendro de Pulecio y maestros en música del Conservatorio del Tolima.
Cuando se les pregunta por la incidencia que tiene la música de tradición en los ambientes, festivales o circuitos musicales de la ciudad y su acogida en la era de la globalización, expresan lo siguiente:
“La música de la tradición habilita espacios de sensibilización musical, cultural y social. Es por medio de los ambientes sonoros que se construye el imaginario colectivo de la música regional y nacional. Por ello “La Canoa” juega un papel clave en la transformación de dicho imaginario, apostándole a la transmutación de los sonidos del pueblo sin desdeñar su tradición; es la globalización de la tradición y la nueva identidad cultural”. Una propuesta que busca llegar a feliz término, pese a la inclinación por la música Popular, la música de banda y la norteña, entre otros géneros que consumen los ibaguereños con bastante regularidad.
Luego de compartir conceptos y propuestas, nos trasladamos al plano de la subsistencia y conversamos sobre un tema que inquieta a cualquier persona que quiera dar un lugar trascendental a su pasión por la música. ¿Se puede vivir de esto en Ibagué?
“Sí, teniendo presente la formación de nuestros integrantes, es posible vivir desde la disciplina de la pedagogía, además, existen espacios de divulgación cultural en donde informalmente se pueden encontrar diversas agrupaciones trabajando por la música, algo que puede crecer aún más, gracias a las convocatorias, los gestores culturales, las becas, los circuitos musicales, las instituciones de formación y los empresarios que siempre tienden la mano por las propuestas musicales de la ciudad”, puntualizó el grupo.
Sin embargo, a pesar de la concepción compartida por La Canoa, el uso de la categoría “informal” llama poderosamente la atención y evidencia algunas ausencias en el área contractual. En últimas, la formación académica sigue representando mayores posibilidades para esta o cualquier actividad.
Además de lo anteriormente mencionado, la música como motor de desarrollo, ineludiblemente debe ir acompañada por un despliegue de factores que hagan competitiva y atractiva la oferta cultural de la ciudad. Por ejemplo, en una columna que Álvaro Cuartas dedica al Conde de Gabriac, describe una carencia que, guardando las proporciones, persiste hasta la actualidad:
“Paradójicamente la mayor queja del Conde en su pernoctada ibaguereña tuvo que ver con el hospedaje. Asegura haber dormido en un cuchitril, «con la dueña y toda su familia, sus arrieros, dos gallinas, un perro, dos marranos y de más una vaca que se la pasó toda la noche de una puerta a la otra, sin hablar de las ratas y de los mosquitos”, escribió el integrante de la Academia Colombiana de la Historia.
Teniendo presente lo anterior, la oferta hotelera del municipio debe mejorar considerablemente, su infraestructura vial, sus servicios públicos y todo tipo de elementos que conviertan a Ibagué en el destino turístico que siempre hemos soñado, teniendo la oferta musical como producto de cabecera y construyendo, con plena sinergia, entre el sector empresarial, el Estado, la academia y la ciudadanía.
No se puede terminar la presente nota, sin antes promocionar el mas reciente videoclip de este nuevo talento musical ibaguereño:
“Somos una agrupación que surge a partir del gusto por las músicas tradicionales andinas colombianas, el jazz y la fusión de expresiones latinoamericanas. Los invitamos a disfrutar de nuestra producción más reciente que es el videoclip de nuestro primer sencillo musical “Quién dijo”, un bambuco que es el sentir de La canoa, su razón de ser y su propuesta musical”.
“De la mano de la casa productora Eco Music Sound, de Anteojos productora y de todo el equipo de La canoa les ofrecemos la mejor calidad de un producto 100% ibaguereño. Vendrán muchas más producciones y un disco con todo nuestro corazón latiendo a ritmo de bambuco, rajaleña, guabina, caña y vals”. Expresó La Canoa Banda.