¡Histórico! Colombia da giro político a la izquierda

Foto: Revista Semana
Conocido el preconteo de los votos y en espera de que se produzca oficialmente el escrutinio general de la elección y proclamación presidencial de Gustavo Petro Urrego, COFRADÍA hace un análisis de las elecciones de primera y segunda vuelta, procesos que han concluido con un nítido triunfo de la propuesta de cambio y giro ideológico – político hacia un Gobierno con tendencia de izquierda.
Desde 1856, año en el cual fue elegido el primer presidente por el sistema de sufragio universal hasta nuestros días, parecía improbable – por la marcada tradición de derecha y por el legado del conflicto armado – que un candidato de ideología y praxis política demostrada de izquierda – se hiciera con la victoria en las urnas. Fueron necesarios 166 años de “idas y venidas, vueltas y revueltas”, para que entre los 22’658.694 colombianos que participaron del proceso democrático, se eligiera por primera vez un mandatario nacional de esta tendencia.
En un contexto nunca antes visto y con una participación general del 58,09%, Gustavo Petro Urrego consiguió la histórica cifra de 11’281.013 votos, mientras el otro candidato en contienda, Rodolfo Hernández, estuvo muy cerca, logrando la nada despreciable cifra de 10’580.412 sufragios. Si se hace un paralelo entre la primera y la segunda vuelta, se evidencia que el mapa nacional, analizado desde los departamentos, siguió prácticamente intacto, con excepción de Antioquia y el Eje Cafetero, las mismas regiones se tiñeron con los mismos colores.
Los pronósticos vaticinaban un endoso matemático de los 5’058.010 votos que logró Federico Gutiérrez, al candidato que logró derrotarlo en primera vuelta. Sin embargo, con el transcurso de la campaña política esta idea se veía difusa. En primer lugar, por los conflictos entre su propuesta de programa político y el perfil de su nicho de crecimiento (Por ejemplo, estar a favor del aborto y buscar el apoyo de personas con principios cristianos); en segundo lugar, por sus desaciertos mediáticos; y, en tercer lugar, por su caída en las encuestas, primero sacándole ventaja a su adversario, luego registrando empate técnico y por último perdiendo en la recta final.
No obstante a lo anterior, el sentimiento “anti – Petrista” pesó más que todas las contradicciones mencionadas y Rodolfo Hernández sumaría a sus 5.953.209 votos iniciales, la cantidad necesaria para sobrepasar la barrera de los 10 millones de sufragantes. ¿Entonces por qué perdió? La clave de los resultados yace en la variación del nivel de la participación obtenida en cada uno de los departamentos.
En la Colombia que votó por Petro para la primera vuelta, la participación electoral global fue básicamente baja, mientras tanto, la Colombia que prefirió a Hernández en aquel entonces, presentó un bajo nivel de abstencionismo, llegando a registrar más del 54% en la participación de diversos departamentos. En ese orden de ideas, el nicho de crecimiento de Gustavo Petro para la segunda vuelta consistía en incrementar el porcentaje de participación en las zonas donde ya era fuerte y en las que Rodolfo Hernández no tenía ninguna posibilidad de crecimiento.
Apelando a esta estrategia, el candidato del Pacto Histórico se desplazó por las zonas en donde ya era victorioso, con el propósito de incrementar el número de sufragantes. Aunque Rodolfo Hernández también elevó el nivel de la participación en sus zonas, las proporciones distan bastante. Aquí algunos ejemplos:
Respecto a la participación en algunos departamentos que votaron por Gustavo Petro: Amazonas pasó del 43,21% al 46,24% (+3.03), Nariño pasó de 53,39% a 63,07% (+9,68), Chocó pasó de 41,34% a 47,83% (+6,49) y La Guajira pasó de 32,56% a 39,58% (+7,02). Ahora, en lo que refiere a algunos departamentos que votaron por Rodolfo Hernández, la participación incrementó de la siguiente manera: Santander pasó de 66,14% a 67,65% (+1,51), Tolima pasó de 55,99% a 59,24% (+3,25), Meta pasó de 62,38% a 64,18% (+1,8) y Boyacá pasó de 63,09% a 66,68% (+3,59).
En el caso de Bogotá, cuya participación pasó del 63,95% al 65,49%, Hernández logró capitalizar 647.182 votos de los 723.538 registrados por Federico Gutiérrez. Sin embargo, las adhesiones que Gustavo Petro logró concretar en las últimas semanas le permitieron obtener 484.326 votos más, marcando así una diferencia de 773.799 sufragios, casi la misma diferencia que se registró en el consolidado nacional.
Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda y en el más votado de toda nuestra historia democrática. Luego de un camino político copado de turbulencias y dificultades, un nuevo proyecto de país conquistó el corazón de las mayorías y se erigió como opción predilecta del cambio que evidentemente anhelan los colombianos, sin embargo, este proyecto elegido principalmente por aquella Colombia periférica y profunda, se convierte en Gobierno de única oportunidad por las expectativas que genera.
El nuevo presidente tiene la responsabilidad de cumplir, el deber de unificar y la obligación de responder; labor para nada sencilla, teniendo presente que más de 10 millones de colombianos aún son escépticos, que para llegar al poder estableció acuerdos con muchos actores políticos y que seguramente tendrá una marcada oposición. Si este gobierno falla difícilmente el timón volverá a girar en la misma dirección, aun así, como sucede con cualquier gobierno, si a este le va bien, a todos los colombianos nos irá bien, y ese es precisamente el reto.