“Engatillada” recuperación del espacio público en Ibagué

Tomada de facebook del sec de Gobierno.
La llegada del ex diputado Milton Restrepo a la secretaría de Gobierno de Ibagué, no solo causó sorpresa por los antecedentes que tiene el ciudadano por la posible violación de las normas del actual Manual de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ley 1801 de 2016), estatuto legal que deberá hacer cumplir a los ibaguereños, sino por un confuso episodio sexual en el cual se vio inmerso en un motel de la ciudad, que lo obligó a hacer de conocimiento público el desliz, que concluyó – de manera infortunada para él – en un centro hospitalario, para que le realizaran el procedimiento de extracción de un objeto plenamente identificado de una de sus partes nobles. El incidente, fue autodefinido con una frase: “el objeto, se me engatilló”.
El episodio que hace parte de la novelesca criolla, merece realce, porque todo indica que no solo en los deslices sexuales le suele ocurrir al hoy secretario de Gobierno de Ibagué, sino que también en sus actuaciones como servidor público.
La recuperación del espacio público en el centro de la ciudad, ha sido su primera “engatillada”. Crítico como diputado de la “falta de ejercicio del poder” para darle solución a tan delicado y notorio problema, desde su posesión prometió “mano fuerte” y “cumplimiento de la ley”.
“El espacio público no se negocia … se hizo un recorrido por el sector, pero se están incumpliendo los acuerdos. Sino están dispuestos a cumplir, entraremos a hacer uso de la fuerza”, dijo a días de haberse posesionado.
Y ante el oído sordo que hacían los informales a sus amenazas, continúo:
“Vamos a realizar los procedimientos que contempla el Condigo de Convivencia y Seguridad Ciudadana. Si hay irrespeto de la autoridad habrá capturas y la mercancía irá a la bodega que tiene el municipio”.
Y como una muestra de arrogancia y de poder, acompañado de su nominador y el comandante de la Policía Metropolitana, recorrió las calles objeto de ocupación, exhibiendo la cachucha de oficial policial.
Su aparente capacidad de decisión y del ejercicio del poder, aunque sorprendió a algunos – incluido su mentor – no aguantó la fuerte reacción de sus contrincantes, quienes como en el boxeo, con un solo jab de derecha, lo dejaron zombi, debiendo “engatillar” su decisión, que en palabras de la Real Academia de la Lengua, es: “Dicho de una escopeta o de otra arma de fuego: Fallar el mecanismo de disparar.”
Aunque es común en la historia de Ibagué sentir la incompetencia, falta de autoridad y manejo politiquero que históricamente se le ha dado al espacio público de nuestra ciudad, no hay que olvidar que éste se agravó y ha llegado hasta las actuales circunstancias que hacen casi imposible volver atrás, desde que un tristemente célebre alcalde (2001 – 20003) decidió, en complicidad con algunos dirigentes gremiales y concejales, peatonalizar la carrera tercera desde la calle 10 hasta la calle 15, para ponerla al servicio de los llamados “Victorinos”, que aparte de negociar los cupos con los invasores, negociaban los votos con nuestra clase política.
De ahí que tengamos aún un problema, que todo indica, se tardará mucho en solucionar.