“El personero nos robó”

Así, de manera tajante, y sin pelos en la lengua, María Emilia Cárdenas, una humilde indígena de 61 años le explicó a la revista COFRADÍA la triste y dolorosa tragedia que viven con su esposo, limitado físico y con dificultad en el habla, al perder cerca de 30 millones de pesos de manos de quien dice ser defensor del pueblo y de los derechos humanos en ese municipio.
Jorge Iván Guzmán Céspedes trabajó durante más de 25 años continuos con el Municipio de Saldaña desempeñando labores de oficios varios. El 27 de agosto, retirado ya del servicio activo, presentó solicitud de reconocimiento de su pensión de vejez al cumplir los 62 años de edad y tener cotizadas las semanas necesarias para acceder al derecho prestacional.
Como el trabajo era su única fuente de ingreso y presentaba limitaciones físicas para seguir trabando de manera independiente, estaba ansioso de recibir ese ingreso, pues vive solo con su esposa Maria Emilia Cárdenas, dos años menor que él. Por esta razón la pareja de la tercera edad acudió a la Alcaldía Municipal de Coyaima y le solicitó asesoría al abogado Gendry Mosos, asesor del actual alcalde y muy conocido por desempeñar esa labor durante más de 20 años.
El abogado Mosos le recomendó que se dirigiera a la Personería y le solicitara ayuda al Jefe del Ministerio Público y defensor de los Derechos Humanos en ese ente territorial, abogado Jayson Darío Maldonado Roa, toda vez que sus ocupaciones no le permitían hacerse cargo de su representación ante Colpensiones, Fondo Público al que le cotizó y ante el cual tramitaba su pensión Guzmán Céspedes.
El personero recibió en su despacho público al humilde ciudadano y le recomendó contratar una abogada, “amiga de él y bastante conocedora del tema”, lo que aceptó gustoso Iván Guzmán, sin conocer los honorarios que debía pagar, ni a la profesional del Derecho que le recomendaba el personero. El mismo personero hizo el poder en su despacho y Guzmán, quien iba acompañado de su esposa María Emilia Cárdenas por padecer limitaciones físicas para caminar y valerse por sí mismo, lo acompañó a firmarlo y autenticarlo, esperanzados en que muy pronto obtendrían la pensión y las mesadas retroactivas que le pagarían desde que adquirió el derecho y hasta el pago de la misma.
El 03 de enero de 2019, la humilde pareja de esposos estaban en su residencia ubicada en el área urbana de Coyaima constante de un solo salón en ladrillo a la vista y sin divisiones, cuando la secretaría de la Personería los visitó y les dijo que su jefe, el Personero Municipal, necesitaba de manera URGENTE a Jorge Iván en la oficina, pero que debía ir solo y le tenía buenas noticias.
A regañadientes María Emilia accedió a la petición, ilusionada de que ahora sí sus penurias económicas se iban a acabar y tendrían no solo la mesada pensional por el resto de sus días, sino además, el pago retroactivo de las mismas.

¡Mija, me robaron!
Cuando Jorge Iván llegó a la Personería, lo esperaba un “carro de lujo”, una camioneta cuatro puertas que su esposa – según las características comentadas – identifica como de propiedad del abogado Gendry Mosos. Allí subieron al nuevo pensionado, y el vehículo conducido por Jayson Darío Maldonao Roa, es decir, el Personero Municipal, acompañado de una mujer, lo llevaron a que cobrara un “cheque que le había llegado con el reconocimiento de la pensión”.
Del banco de Colombia de Saldaña fueron al banco BBVA de El Espinal, bancos en que tiene cuenta de ahorros Guzmán Céspedes, y en El Espinal fue consignado y retirado el mismo día el dinero retroactivo que le fue reconocido al pensionado, mediante resolución del 22 de noviembre de 2018, dentro del radicado 2018 – 10532402.
El dinero pagado le fue entregado al Personero Municipal por la cajera, previa firma del cheque, la consignación y la constancia de retiro de parte de Jorge Iván. Su limitación física y la situación de inferioridad con la pareja de abogados hizo que este aceptara sus determinaciones. Salieron del banco, con acompañamiento policial (?) con el dinero llevado en un maletín por el Personero. En el carro seguía conduciendo el Defensor de los Derechos Humanos de Coyaima, atrás se hizo la abogada de Jorge Iván – lo vino a saber ese mismo día – y adelante, el nuevo pensionado.
Mientras viajaban rumbo a Coyaima, la abogada Claudia Fernanda Rojas Esquivel contaba los fajos de dinero. En Saldaña, el carro se detuvo en una residencia, de él se bajaron los abogados con el maletín del dinero. Rato después salió el Personero, se montó al vehículo y regresó con Jorge Iván a Coyaima. Una cuadra antes de la
residencia de Jorge Iván, el Personero paró el vehículo y le entregó a su víctima un fajo de billetes, que al ser contados con su esposa, María Emilia Cárdenas, sumó la cantidad de cuatro millones de pesos. Ambos lloraron, Jorge Iván a pesar de sus limitaciones físicas y sensoriales es una persona inteligente, y le dijo a su esposa: “mija, el personero nos robó, la cajera cuando yo firmé me, dijo ahí le entrego 30 millones y
pico”.
Después de llorar abrazados, fueron a la Personería, le preguntaron a la secretaria por el Personero, ella les dijo no está, ya se fue. Lo llamaron, no contestó, así como no ha contestado el teléfono desde ese entonces.
Al otro día la pareja decidió viajar a Ibagué, contaron la historia en Colpensiones, y ante tal tragedia les entregaron copia de la resolución (ver resolución) y ratificaron su premonición: “el personero nos robó”.
(Esta historia continúa en el próximo número …)