Economía, ¿cómo va el Tolima?

Concluye el año 2020 y con él dos años de pandemia y la mitad del período constitucional del alcalde de Ibagué y el gobernador del Tolima. COFRADÍA hace un análisis de la situación actual de nuestra economía y la incidencia en la vida de los tolimenses.
En el año 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) nacional cayó a -6,8%, la contracción más grande registrada en Colombia desde el año 1978. En este escenario, el PIB tolimense registró un -6,4%, cifra que rompió la tendencia de crecimiento que se venía registrando. Vale la pena mencionar que al compararse con el PIB nacional, el Tolima presentaría una reducción constante de -1,07% por año, es decir, aunque existía un crecimiento sostenido, era cada vez más lento en comparación con el resto del país.
En el marco de la recuperación y la reactivación económica, para el tercer trimestre del presente año el PIB colombiano creció 13,2%. Pese a que este indicador subió 20 puntos porcentuales luego del -6,8% de 2020, indicadores como la tasa de desempleo mejoraron a un ritmo diferente, registrando, dentro del mismo periodo una reducción de apenas 3,8%. En síntesis, pareciese que el crecimiento económico no está garantizando en la misma proporción recuperación o progreso para el ciudadano promedio, elemento que evidencia más que una dificultad en la generación de riqueza, una dificultad en su distribución.
Características de nuestra economía
El departamento de Tolima, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), para el año 2020 ocupó el primer lugar en materia de desempleo (21,7%). En la actualidad este indicador presenta parcialmente mejorías debido a que en Ibagué se llegó al 17,2%. No obstante, el DANE también evidencia que la reducción del desempleo en la Ciudad Musical es inversamente proporcional al crecimiento en la tasa de informalidad (54,5%). Además de lo anterior, es necesario expresar que los sistemas de información no ofrecen muchas luces sobre la situación de los otros municipios del departamento.
La actividad económica que más aporta al PIB tolimense es el comercio (18,3%); la segunda obedece a la administración pública y defensa (17,4%), dato que genera controversia, debido a las implicaciones en materia de contratación pública y, por qué no, en materia electoral, que puede tener el hecho de que el Estado sea el segundo generador de empleo en un departamento; y, en tercer lugar, está la actividad agropecuaria (15,4%).
Según cifras de la gobernación, el Tolima tiene 1,4 millones de hectáreas para uso agropecuario. De éstas, 447.000 hectáreas (31,9%) son para uso agrícola, en donde el arroz (118.000 has) y el café (109.000 has) se erigen como los principales productos que ofrece la agricultura del departamento. Les siguen el maíz (50.000 has), los frutales (33.000 has) y el plátano (25.000 has).
¿Cómo va la economía del Tolima?
Conforme al último informe del Banco de la República sobre la Región Central, en el Tolima la construcción tuvo un comportamiento favorable pese al incremento en el costo de los materiales; mejoró la ocupación hotelera, se incrementaron las importaciones y exportaciones, aumentó la actividad comercial y, la inflación superó la meta fijada. En síntesis, pese al proceso de recuperación económica, productos como los de la canasta básica familiar subieron de precio, elemento que obedece principalmente a factores macroeconómicos.
Junto al Huila, el Tolima fue uno de los departamentos que mas incrementó el sacrificio de ganado vacuno. Según el DANE, un 12,8% mas que el año anterior. Por otro lado, el ganado porcino no la pasa bien, su sacrificio disminuyó 11,6% y registró el tercer periodo consecutivo en terreno negativo.
La producción de petróleo, según el Banco de la República, registra tendencia negativa desde hace varios periodos. En el primer semestre toda la región tuvo una caída de 10,9%, panorama similar a la contracción nacional que fue de 10,2%. El departamento del Tolima fue la zona del centro en donde más descendió la producción de petróleo, con una caída de 12,9%, equivalente a 11.160 barriles diarios.
Los costos de construcción de vivienda se incrementaron por cuenta de la escasez en el suministro de insumos y materiales. En el caso de Ibagué, ciudad que prioriza este sector en el proceso de reactivación y recuperación económica, la inflación en los precios fue del 7,58%, ubicándola por encima de la media nacional. Los materiales incrementaron 10,66%, la mano de obra 1,26% y la maquinaria 1,71%. Es necesario mencionar que pese a lo anteriormente expuesto, la construcción de vivienda multifamiliar se incrementó en un 8,7%, la expectativa para la construcción de vivienda en el departamento subió al 72% y, el Estado apuesta por la construcción de obras públicas, entre otros indicadores favorables para ese sector.
En lo que tiene que ver con transacciones por comercio y turismo, el Tolima fue el Departamento que más creció en la región (223,5%). Además de que ha venido reactivando el sector comercio. Según la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (COLTECO), la ocupación hotelera en el Tolima llegó al 37,4%, cifra que evidencia recuperación frente al 5,1% registrado en junio del 2020.
Por último, respecto al sector agrícola, Finagro desembolsó al departamento del Tolima $173.159 millones de pesos en créditos durante el semestre anterior, cifra que representa el 42% de los préstamos otorgados por el fondo en la Región Central. Por línea de créditos, las actividades que registraron la mayor demanda de recursos en capital de trabajo e inversión, fueron la producción de arroz y de café.
Buenos precios para el café.
Este importante producto de exportación ha registrado mejora considerable en su precio, no obstante, su buen momento está sujeto a dos variables:
La primera variable obedece a una mala cosecha en Brasil, la cual se presenta desde la sequía en noviembre del año pasado, afecta ndo directamente la oferta internacional del grano y su precio en la bolsa de Nueva York.
El hecho de que Brasil produzca 20 millones de sacos menos que en el año anterior, hace que el balance cafetero mundial pase de superávit a déficit, e insta a que los inversionistas compren futuros de café, lo que eleva su precio internacional. Este panorama ha sido aprovechado por los productores nacionales, que incluso en el marco del paro nacional incrementaron sus exportaciones en un 2%.
La otra variable que incrementa las utilidades de este sector es el alza del dólar. Divisa que en más de una ocasión ha superado la barrera de los $4.000 pesos, representando más dinero para los cafeteros por concepto de exportaciones.
El sector arrocero en crisis
Para terminar, el producto que más ocupa tierra de uso agrícola en el Tolima atraviesa diversas dificultades. Para ilustrar sobre el tema, COFRADÍA entrevistó a Duván Cardozo, arrocero del municipio de Alpujarra. Esto fue lo que expresó:
“Nos encontramos golpeados por el tema de los insumos, el precio de un bulto de fertilizantes oscila entre los $150 mil y los $160 mil pesos; antes costaba $80 mil o $90 mil pesos, es decir, subió casi el doble. La carga de arroz está en $143 mil pesos, un precio bastante bajo. En estos momentos vale más un bulto de abono que una carga de arroz de 125 kilos”.
“Además, nos encontramos en una crisis muy complicada porque el tema de las importaciones hacia Colombia nos tienen prácticamente fregados, en mi caso cultivamos 100 hectáreas, pero ya toca tener mucho cuidado a la hora de invertir, pues los arriendos, los insumos y la maquinaria cada vez están más costosos. Es muy complicado, mucha gente está dejando de sembrar por esa crisis, los únicos que se sostienen son los dueños de las tierras, los que las arriendan, de cierto modo son los que reciben el dinero”.
“Ahora, las ayudas que brinda el Gobierno se están quedando en los molinos. La mayoría de los subsidios se los dan a los molinos y nunca llegan al agricultor. Necesitamos una política agraria que nos brinde facilidad para trabajar el campo y seguir cultivando arroz”.
“Por último, está el tema de los créditos del Banco Agrario. Últimamente están manejando unas tasas demasiadamente altas y no benefician a los campesinos, a los arroceros. La mayoría tiene que endeudarse con el banco o con el molino, que también manejan un interés alto. La Carga de arroz está a $143 mil pesos, precio muy bajo para el sostenimiento de un cultivo que genera mucho gasto, aproximadamente por hectárea se invierten entre $6 0 $7 millones de pesos, entonces es muy complicado. Tiene que estar uno muy de buenas, que sea una cosecha grande, para poder al menos sacar lo de los gastos y nivelar los precios”.