¿Consejos Municipales de la Juventud, un fracaso electoral?

El presidente de la República se preparaba para dar la buena nueva en el Prime Time nacional, felicitar a la juventud y erigirse como gestor de un hecho histórico para la democracia colombiana. Dos horas después de cerradas las votaciones para elegir Consejeros Municipales de Juventud, los resultados evidenciaron que sólo el 10,42% de los jóvenes atendió al llamado. Además, de esa pequeña franja, el 22,76% depositó un voto nulo y el 0,57% no marcó el tarjetón.
En el caso de Ibagué, sólo votó el 8,33% de los jóvenes, y de estos, el 45,6% de los votos (casi la mitad) fueron nulos. ¿Qué pasó con las elecciones del CMJ que, según el presidente Iván Duque, serían un hito en la historia democrática colombiana?
Negligencia en la RegistradurÍa
La cantidad de votos nulos evidencia de que además de un mal diseño de tarjetón, no se ofreció pedagogía suficiente para aclararle, especialmente a la población que nunca ha votado, cómo debía marcar su opción de preferencia. Fuentes cercanas a la revista COFRADÍA, que fungieron como jurados en los comicios del pasado 5 de diciembre, expresaron que la mayoría de votos anulados se debió a la marca de múltiples casillas.
Al parecer, muchos creyeron que se podía elegir una lista por Partidos y Movimientos políticos, una por listas independientes, y una por procesos y prácticas organizativas. Ello, sin tener en cuenta de que solamente se podía marcar una casilla en todo el tarjetón.
Sumado a lo anterior, la situación más cuestionable obedece a la presunta improvisación de la Registraduría al emitir, un día antes de las elecciones, la resolución 15881 de 2021, la cual autorizaba a los jóvenes entre los 14 y los 17 años de edad, para votar en el puesto más cercano a su residencia y no en el que estaban inscritos. Debido a que en la diligencia sólo había que registrar el documento en el formato E-10 y no era posible verificar si la persona había votado dos veces, se registraron numerosas denuncias por fraude electoral.
La juventud no cree en los CMJ, ni en las otras instituciones
El abstencionismo se convierte en algo muy diciente. En síntesis, en una forma contundente de decir: “no creo en su institución, ni en su proceso, por eso decido no participar” tal y como ocurre en las elecciones “normales”.
Esta decisión tiene dos elementos explicativos. Por un lado, un generalizado sentimiento de deslegitimidad hacia las instituciones, especialmente al ejecutivo, pues el presidente Iván Duque, promotor de las elecciones al CMJ, tiene – según la última encuesta de Invamer – una desaprobación del 69,8%.
Por otro lado, aunque los CMJ son organismos diseñados para hacer veeduría, control y seguimiento a las administraciones locales en temas de juventud, el margen de maniobra ofrecido por la ley 1622 de 2013 y la ley 1885 de 2018, hace que esta figura quede supeditada a la voluntad del mandatario local. En últimas, los CMJ pueden decir, reclamar y proponer, pero en esencia, no toman decisiones.
Para ahondar en el punto, COFRADÍA consultó a dos jóvenes que defienden y explican la decisión de abstenerse de participar en estas elecciones. Esto fue lo que plantearon:
“La ley que regula los CMJ y dice quién es joven y quien no, primero, muchos no la conocían, y segundo, evidencia que los CMJ, es algo que ya estaba. Si usted mira las funciones, son simplemente veedores de lo que hacen los gobiernos locales, y eso ya lo hacen otros entes”.
“Segundo, esos consejos se llenaron de politiquería. Yo me desanimé cuando vi pelaos con pancartas y candidatos de partidos tradicionales. Si son jóvenes, se supone, de que deben innovar las formas de hacer política, pero parece que sólo lo hacen para figurar y para que, en el futuro, cuando el candidato del partido gane, les den una OPS. ¿Dónde quedó la transformación?”.
“Si hacemos un paralelo, en las elecciones pasadas a presidencia, muchos jóvenes votamos, la gente votó, pero ahora no votó en lo de juventudes, pues entiende que este escenario no tiene una incidencia real. Es mejor un escenario en donde nos encontremos todos, algo a la colombiana, no algo sin incidencia que reproduce la vieja política. Es un escenario tradicionalista y por eso yo no quise votar”. Expresó Nicolás Gamboa, estudiante de veterinaria de la universidad del Tolima.
Por otro lado, Héctor Lozano, de la plataforma juvenil de Purificación-Tolima, expresó lo siguiente:
“Era predecible que esto sucedería, si ocurre en las regionales o las presidenciales, uno empieza a dimensionar el asunto y a perder toda expectativa. No estuve de acuerdo de cómo se desarrolló el tema, la Registraduría manejó la retórica de llevar las protestas a las urnas. Uno debe ser objetivo, no todo se revuelve votando y estos espacios van a ser netamente consultivos, ¿Para qué hacer un CMJ si ya existe otra figura consultiva como las Plataformas de Juventudes?”
“Hay cinismo en la responsabilidad de alcaldías y registraduría, por ejemplo, en mi municipio nunca se dignaron a generar estrategias de difusión completas, para capacitar e informar a los chicos de què trataban, para qué servían, en qué consistían los CMJ y por qué era importante el sufragio”.
“La autonomía no se vio, muchos pelaos eran apéndice de los partidos tradicionales, algunos partidos reproducen practicas negativas, comida por votos, incluso, se decía que funcionarios tenían que hacer que sus hijos votaran por una lista específica, y acá en Purificación el partido Conservador y Cambio Radical tienen el control de las instituciones”.
Los ganadores en Ibagué
Teniendo presente que apenas votó una minúscula franja de la juventud ibaguereña, es complejo hablar de ganadores. No obstante, haciendo referencia específica a esos 12.033 votantes y los escaños asignados, se concluye de que con el 50,57% de los votos, los partidos políticos fueron los ganadores, resaltando entre ellos al Partido Político Mira, una colectividad conformada por congregaciones religiosas que poseen semilleros juveniles desde hace muchos años, la cual logró dos escaños y un total de 619 votos.
Por último, la segunda organización más votada fue la lista independiente del Comité Ambiental, un proceso de 12 años, lejano a los partidos tradicionales, que lograría 3 escaños y un total de 528 votos. La diferencia de escaños se debe al sistema de la cifra repartidora.