“Apuntes históricos”

Bajo este título, un buen amigo mío, de esos ibaguereños honestos e ilustrados que ya empiezan a escasear, me entregó en donación la carta original que el ex alcalde de Ibagué Lisímaco Parra Bernal (1955), le entregó a su padre y que escribió éste a manera de réplica a una nota periodística de un articulista en el periódico EL DERECHO del 12 de octubre de 1978. Por lo extensa, transcribo lo que considero trascendente:
El lema de mi vida ha sido siempre: SERVIR. El Señor nos legó una enseñanza concisa y sobria: “He venido a servir, no a ser servido”. Este es mi mejor patrimonio. Por eso al abandonar mi ciudad pude decir con el filósofo: “Todo lo llevo conmigo.” Sin embargo, como palpo que hay personas amigas de apoderarse de lo ajeno, encuentro de mucha conveniencia, ahora que en el escrito se habla de servidores de la ciudad, enumerar también para la historia, con el fin de que no pasen a patrimonio de terceros, las obras realizadas durante mi ejercicio como Alcalde de Ibagué, a saber: (Las enumera 22 en total, empezando por el Estadio Municipal Manuel Murillo Toro).
(…)
Como cosa curiosa todas estas obras se realizaron sin crear un solo impuesto, sin dejar gravado con ningún empréstito al erario municipal. “El impuesto, dijo Jovellanos en su “Ley Agraria”, debe versar sobre lo superfluo y no sobre lo necesario para el sustento del contribuyente.”
Al principio de mi Administración pregoné: “Ibagué, orgullo de Colombia”. Su situación privilegiada lo auspicia. La banderiza política, no de partido, sino de círculo, impidió realizar otras obras de mayor alcance y proyección que estaban en mente, y que, a no dudarlo, se hubieran llevado a cabo con el concurso insuperable de colaboradores de la talla de los doctores Guillermo Rojas Villoria, Ernesto Rengifo Perdomo, Miguel Tovar Acosta, Rafael Monsalve, los hermanos Roberto y Ernesto Alzate, Manuel Alvarez Angulo, Manuel Sanmiguel, y muchos otros más, a todos los cuales renuevo los sentimientos de honda gratitud por la eficiencia de su trabajo y la sincera amistad de que me dieron testimonio. ¡Esto es hacer historia verdadera!
Ya para cerrar este apuntamiento, registro con sobrado asombro el desfile “… de todos los personajes que apuraron el progreso y la cultura de la ciudad, ora prelados como médicos, magistrados, poetas, guerreros, artistas, músicos, escritores, en fin, cuántos pusieron su amor, inteligencia, patriotismo, saber, virtud y bondad para hacer de Ibagué la ciudad de que hoy nos ufanamos.” Pregunto: Que se mencionan las obras que se ejecutaron, e influyeron en el progreso de Ibagué, desde la Administración de de Julio Ernesto Salazar Trujillo hacia atrás, y qué representan, a partir de ella, hacia adelante, las realizaciones de los distintos Alcaldes que han pasado por la Casa Consistorial de Ibagué, y qué lugar ocupa ésta en el concierto de las ciudades del país por obra de su consagración y esfuerzo? ¿Acaso somos ciegos para dejarnos conducir de un ciego?
(…)
¡Lástima que un hombre que se dice Ibaguereño no conozca a cabalidad la historia de la ciudad de la que pregona ser su heraldo! (Hasta aquí apartes del texto original).
NOTA DEL DIRECTOR. Un valioso texto histórico, premonitorio de lo que vivimos en nuestra ciudad en los últimos 20 años.