Acueducto Complementario de Ibagué, sigue a la deriva

Foto: Ibal
Pese a que el contrato 202 fue adicionado en un 50 % los recursos no alcanzaron y se requieren cerca de $10.000 millones para llevar agua del río Cocora a la planta de tratamiento de La Pola.
El contrato 202 de 2017 suscrito entre la empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (Ibal) y el consorcio Acueducto Ibagué, cuyo objeto es la construcción de la línea de conducción del kilómetro 4+700 al 19+250, es decir a la planta de tratamiento de agua potable en La Pola, se quedó corto en recursos y la obra no será funcional pese a que está próximo a finiquitar.
Así lo afirmó la gerente del Ibal, Sandra Liliana García, quien indicó que se requieren cerca de $10.000 millones adicionales, pero el contrato vigente no podrá ser adicionado ya que está en el tope máximo permitido por ley que es hasta el 50 por ciento de su valor inicial.
El contrato fue suscrito por el exgerente del Ibal José Alberto Girón Rojas por la suma de $27.442 millones, y ha tenido tres adiciones por la suma de $15.401 millones.
De acuerdo con la gerente de la empresa de Acueducto faltan varios tramos de tubería, obras complementarias en el viaducto del río Combeima y en el sector de Morrochusco.
Además, se debe incluir la pavimentación de la carretera del sector de los Túneles por donde pasa un tramo de la tubería del Acueducto Complementario y que no fue incluida en el contrato 202.
La funcionaria señaló la semana pasada ante el Concejo Municipal de Ibagué de que se requiere pavimentar este sector, pues la línea de conducción necesita ser protegida.
«A ese contrato no le cabe una adición más porque fue adicionado en el 50 % de su valor inicial y hay tramos del acueducto que no están totalmente construidos. Hay varios sectores que se quedaron sin construir y eso va ser a su momento explicado. A ese contrato le hacen falta bastante recursos (…) la obra no queda funcional y eso es una falta de planeación», sintetizó la funcionaria.
¿Cuál es el estado del contrato?
El contrato 202 se encuentra en un 97 % de ejecución y un 91 % en el pago a favor del contratista. El Ibal prorrogó la «terminación» de las obras hasta noviembre.
La obra fue contratada en diciembre de 2017 con un plazo de ejecución de un año. Sin embargo, la obra solo se inició el 6 de marzo de 2018, una vez se hizo la revisión y ajustes de los diseños.
Es de resaltar, que el exalcalde de Ibague Guillermo Alfonso Jaramillo se comprometió que al finalizar su administración la obra estaría culminada, tanto la primera fase del Acueducto Complementario que comprendía la instalación de los primeros 4.7 kilómetros desde la bocatoma en el sector de Cocora (zona rural), hasta el kilómetro 12 y de allí a la planta de tratamiento de La Pola, lo que evidentemente incumplió.
Un proyecto accidentado
El Acueducto Complementario para Ibagué fue concebido desde hace más de 25 años. Su propósito es llevar agua potable a los barrios del Sur de Ibagué que se surten de los acueductos comunitarios que no suministran agua potable por carecer de plantas de tratamiento.
El proyecto contemplaba la construcción e instalación de los 12.7 kilómetros de tubería desde la bocatoma en Coello, Cocora hasta el kilómetro 12 y de allí conducir el agua hasta una planta de tratamiento de 800 litros en el sector de Boquerón al igual que un tanque de almacenamiento.

También la construcción de un tanque en la zona industrial que permitiera brindar agua a los proyectos urbanísticos de la zona de expansión de Picaleña.
El exgerente del Ibal Libardo Gutiérrez, adjudicó en 2011 el contrato 060 al Consorcio Acualterno por una cuantía de $6.351 millones para construir la primera etapa, que comprendía desde el kilómetro 0 al 4+700.
Sin embargo, la obra fue contratada sin la actualización de los estudios y diseños y sin la respectiva licencia ambiental expedida por Cortolima, por lo cual el contrato requirió una adición superior a los $10.368 millones y que comprendía la construcción de un muro de contención en el punto PI14 y otras obras adicionales.
Esto generó gran polémica, pues evidenció la falta de planeación de la entidad contratante y retrasó la culminación de la obra. La Fiscalía llamó el año pasado a imputación de cargos a Gutiérrez por la firma del contrato 060 con la existencia de estas falencias, y que finalmente fue liquidado en el año 2015 por el gerente del Ibal Carlos José Corral.
Esta última acción, llevó a que en el Gobierno de Guillermo Alfonso Jaramillo se pudiera contratar la terminación de la primera fase. La obra se contrató en el año 2016 a través de la Financiera Territorial, Findeter, a la cual se le trasladaron recursos en cuantía de $11.009 millones.
Findeter incluyó la construcción del muro de contención del PI4 y le asignó presupuesto. Sin embargo, como la Administración Municipal no contaba con los recursos para la época, se inició la ejecución sin incluir la obra de estabilización.
Posteriormente, la Alcaldía de Ibagué tuvo que adicionar más de $6.000 millones para construir el muro por lo que la obra superó los $17.000 millones.
El “timonazo”
Pese a que el proyecto del Acueducto Complementario tenía presupuestado como prioridad la construcción de la planta de tratamiento de agua potable en Boquerón, durante la gerencia de Girón Rojas se dio un vuelco al proyecto y se postergó la obra para llevar el agua cruda del río Cocora hasta la planta de tratamiento de La Pola.
Esto generó diversas protestas y bloqueos de calles de los habitantes de los barrios del Sur de la ciudad. Según el exgerente del Ibal José Albero Girón, la actualización de los estudios hecha por la firma IEH Grucón en el año 2012 planteaba la modificación del proyecto y postergaba la construcción de la PTAP hasta 2043.
No obstante, la firma IEH Grucón planteó cuatro alternativas para la construcción del Acueducto Complementario, dos de las cuales incluían la construcción de la PTAP en Boquerón.
La Red de Veedurías del Tolima (Revisar) en su momento denunció el «timonazo» hecho a los diseños, cuyo propósito inicial era llevar agua desde el kilómetro 12 hasta la planta de tratamiento en Boquerón, para luego ser distribuida por gravedad y no como se pretende ahora, que elevó los costos, postergó la ejecución y terminación del proyecto, y no se garantiza un suministro total en cobertura para cerca de 150 mil habitantes de los barrios del Sur de Ibagué.